Son 38 esencias florales que actúan en todos los seres vivos: humanos, animales y plantas.
Son compatibles con cualquier otro tratamiento alopático o alternativo pues no poseen efectos secundarios, ni contraindicaciones.
Su elaboración es sencilla. Las flores son cortadas en su punto óptimo de floración y sumergidas en agua. Son expuestas al sol durante varias horas o a ebullición cuando se trata de árboles o brotes, hasta que las flores pierden su lozanía.
Esta agua solarizada con las flores se vierte sobre un frasco con brandy al que se le ha colocado un filtro de modo que este retenga las flores y deje pasar el agua.
El proceso finaliza en una dilución bebible que se comercializa en pequeños frascos de 20ml en farmacias y tiendas especializadas.
El proceso finaliza en una dilución bebible que se comercializa en pequeños frascos de 20ml en farmacias y tiendas especializadas.
La toma de las esencias florales permite armonizar o equilibrar los estados de miedo, tristeza, ira, desesperanza, agotamiento, indecisión, odio…que se producen en las personas evitando así la enfermedad a que podrían dar lugar esos estados.
Para Bach las esencias florales son un método de curación perfecto pues encuentran la raíz de la enfermedad y armonizan los desequilibrios que la persona tiene en estados de armonía.
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