En el siguiente cuento Bach explica de una manera clara y simple el sentido de nuestras vidas, así como la finalidad de las dificultades con las que nos enfrentamos y de qué manera podemos restablecer nuestra salud.
“Una niñita había decidido pintar un
cuadro para el cumpleaños de su madre. En su mente, la niñita ya había pintado
el cuadro; conocía hasta los mínimos detalles de la casa, sólo tenía que
ponerlos sobre el papel.
Saca su caja de pinturas, el pincel y
un trapo y, llena de entusiasmo y felicidad, se pone a trabajar. Toda su
atención e interés están concentrados en lo que hace, nada puede distraerla de
su labor.
El cuadro se termina a tiempo para el cumpleaños. La niña ha plasmado la idea de la casa también como pudo. Es una obra de arte ya que la ha pintado ella sola, cada pincelada es un canto de amor a su madre, cada ventana, cada una de las puertas han sido pintadas con la convicción de que así eran éstas.
El cuadro se termina a tiempo para el cumpleaños. La niña ha plasmado la idea de la casa también como pudo. Es una obra de arte ya que la ha pintado ella sola, cada pincelada es un canto de amor a su madre, cada ventana, cada una de las puertas han sido pintadas con la convicción de que así eran éstas.
Aunque parece una almiar, es la casa más perfecta que jamás haya sido pintada: es un éxito porque la pequeña artista ha puesto en la obra todo su corazón, y su alma, todo su ser.
Y Bach comenta después: "Así venimos a este mundo, conociendo el
cuadro que tenemos que pintar, habiendo ya trazado el camino a través de
nuestra vida, y todo lo que queda después es darle forma material.
Luego, si desde el
principio ponemos en práctica, nuestros ideales, nuestros propios deseos con
toda la fuerza que poseemos, no existirá el fracaso, nuestra vida será un
enorme éxito, sana y afortunada".
La niña pinta febril y felizmente
cuando de repente pasa alguien y le dice:
Edward Bach |
¿ Por qué no pintas una ventana aquí,
y una puerta allá?; y, por supuesto, el sendero del jardín debe ir por ese lado.
El resultado es que la niña perderá
por completo el interés en su trabajo; quizá siga pintando, pero ahora estará
plasmando sobre el papel la idea de otra persona: esto la enfadará, irritará,
la hará infeliz, pero no se atreverá a rechazar las indicaciones; quizá
comience a odiar el cuadro y es probable que lo haga añicos.
En realidad, su reacción dependerá del tipo de personalidad que posea.
En realidad, su reacción dependerá del tipo de personalidad que posea.
Cuando el cuadro esté listo es
posible que se reconozca la casa, pero será un cuadro imperfecto y un fracaso,
porque es la interpretación de los pensamientos del otro, no de la niña. Ya no
sirve como regalo de cumpleaños, pues no será terminado a tiempo y la madre
tendrá que esperar otro año más para recibir el regalo.
"Así es la enfermedad, dice Bach, la reacción a la injerencia. Un fracaso e infelicidad transitoria se establecen
en nuestras vidas cuando permitimos que otros se inmiscuyan en el sentido de
nuestra vida, sembrando la duda, el miedo o la indiferencia.”
“Obras completas del doctor Edward Bach, presentadas
por Julian Barnard. Editorial Océano 2004
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