Porque madre no hay más que una ... cuidemos la relación

Aunque parezca mentira, la relación que tuvimos de pequeños con nuestra madre marca para siempre lo que esperamos de los demás, nuestra relación de pareja y la relación con nuestros hijos.

Si nuestra madre es o fue la más maravillosa del mundo y nos nutrió emocionalmente cuando vivíamos con ella porque siempre sentimos que nos amó y que nos dio todo lo que necesitábamos,  entonces nuestra relación con los demás será fácil.  Si por el contrario, no fue así y nuestra madre no nos amó o no tanto como nosotros necesitábamos o nos protegió en exceso asfixiando nuestra personalidad y nuestra vida o no nos cuidó porque no le importábamos o estaba enferma y no podía cuidarnos… entonces tenemos una carencia grande que afectará a nuestra relación con los demás.

La relación que hemos tenido con nuestra madre, seamos hombres o mujeres, si no ha sido cálida y amorosa es el origen de muchos de los conflictos que tenemos hoy día con otras  mujeres, ya sean amigas, cuñadas, novias, esposas, hijas etc., porque el desencuentro que tuvimos con ella y el sentimiento de no ser amados y atendidos suficientemente nos deja tal vacío que hace que nos mostremos reticentes e inseguros, a la hora de intimar emocionalmente con las demás.

En terapia floral abordamos este tema con la persona que lo desea  para restaurar el vínculo entre  madre e hijo/a cuando la relación con la figura materna está llena de conflictos y la comunicación con “ella” parece imposible haciendo sufrir tanto al hijo/a como a la madre.

Mariposa Lily es la flor que nos ayuda a restablecer la relación y la comunicación con la madre que no nos abrazó, no nos cuidó, que no se preocupó por lo que pensábamos o por lo que nos pasaba en nuestra vida creando un sentimiento temporal o permanente de rechazo y exclusión que puede seguir afectándonos en nuestra vida y en las relaciones que tenemos con los demás. 

Me imagino que los lectores estarán pensando,  en este momento, que esto también puede ocurrir con el padre  que no nos amó, no nos atendió, y no fue una guía en nuestra vida o incluso nos maltrató  o nos abandonó.  Esta carencia del “padre” también puede dificultarnos las relaciones que tenemos con los otros porque no nos permite  vivir la vida con confianza y nos deja una herida emocional tan grande que no se puede llenar. Pero para trabajar el vínculo con la figura paterna utilizaríamos otras esencias de las que ya hablaré en otro momento.

Es importante tomar  Mariposa Lily cuando se está en un proceso terapéutico y se quiere sanar la relación que existe con la madre pues esta esencia permite una apropiada elaboración de la carencia maternal. 

Es una esencia tan poderosa que cuando se toma el efecto lo nota nuestra propia madre puesto que  nuestra manera de relacionarnos con  ella comienza a cambiar. 

Tal vez nos demos cuenta, de que nuestra madre no pudo hacerlo mejor y empecemos a aceptar lo que hubo como algo natural y abandonemos el resentimiento. O tal vez comprendamos, que la relación no es buena porque nosotros tampoco queríamos a  “nivel inconsciente” que lo fuera. 

Podríamos darnos cuenta de muchas cosas porque las aplicaciones terapéuticas de Mariposa Lily son muy amplias y difíciles de recoger en un artículo como este. 

En cada persona actuará de manera diferente porque la historia personal de cada uno también es diferente pero en todos los casos Mariposa Lily nos nutrirá afectivamente y nos permitirá sanar la herida emocional que nos ha dejado nuestra madre.

Habrá infinidad de casos en los que tomar Mariposa Lily durante unos meses ayude a llenar la vivencia de vacío de lo que la madre no me dio y a dejar de esperar lo inesperable porque solo si conseguimos renunciar a lo que no tuvimos podremos establecer vínculos sanos con los demás,  ya que, de lo contrario, esperaremos de los otros lo que nuestra madre no nos dio y eso, nadie nos lo puede dar.